Después de más de cuatrocientos años desde cuando la Tribuna de Palacio Grimani permanece despojada de esculturas antiguas griegas y romanas que adornaban sus paredes, donadas por Giovanni Grimani, Patriarca de Aquilea, a la República de Venecia, es posible encontrar hoy la visión de aquella magnificencia de mármoles y formas que suscitaron la admiración de los visitantes de entonces. También si la reconstrucción de la Tribuna es solo virtual, sin embargo, como observadores, podemos reunir cuenta del impacto que este gran número de esculturas podía tener, armónicamente distribuidas en los nichos y las ménsulas, creando un conjunto de extraordinaria belleza y elegancia. El ojo del visitante de hoy es quizás más sofisticado de aquel de entonces, pero la sugerencia de poder entrar a la Tribuna y de poder gozar las imágenes de las esculturas recompuestas, de poder voltear la mirada a las cuatro paredes nuevamente adornadas con sus ornamentos permite aún apreciar cómo estos nuevos medios técnicos modernos pueden contribuir al avance de nuestros conocimientos, acompañando la búsqueda y el estudio que en cada caso están a la base de dicho tipo de reconstrucción.