El Vestíbulo, en el piso noble del edificio sansoviniano, precede la Sala de Lectura de la Librería de San Marcos; en el centro del techo, descola un telar de Tiziano, que representa La Sapienza. Es así como se presenta hoy al visitante la Antesala de la Marciana, el ambiente que por dos siglos alojó el Estatuario Público de la Serenísima, inaugurado en 1596. En la instalación, planificada por el arquitecto Vincenzo Scamozzi, encontraron lugar numerosísimas esculturas antiguas del legado de Domenico y de la donación de Giovanni Grimani; la exposición se enriqueció con el tiempo por otros legados procedentes de diversas familias venecianas.
El retiro de las antigüedades, después de la caída de la Serenísima, dejó vacías las paredes. En 1997, la realización de una muestra ha permitido volver a colocar físicamente muchas obras en el lugar que ocuparon en un tiempo, en dos lados breves. Un buen número de mármoles quedó aquí seguidamente, a testimoniar en todo momento, al menos en parte, la extraordinaria riqueza de la colección pública.